Esta expresión de “estar a salvo” me la ha enseñado mi hermana pequeña, que es de las personas más grandes y más creativas que conozco.
El lenguaje es importante, crea la realidad que nos rodea y también aquella que queremos construir y, muchas veces, ni siquiera somos conscientes de lo que decimos, no nos escuchamos.
Andamos todos estos días repitiendo hasta la saciedad que estamos “encerrados” o “confinados” y son dos palabras que encierran un sentido peyorativo de nuestra situación actual que es ya, de por sí, compleja.
Nos genera inseguridades, miedos, angustias, por nosotros mismos, por nuestros familiares, por nuestra salud y por la situación económica que todos vislumbramos detrás de esta pandemia.
Sin embargo “estar a salvo” es una expresión positiva que habla de cuidarnos, de querernos y de querer a todos aquellos que estamos protegiendo; hijos, padres, abuelos, vecinos….gente querida.
Escuchémonos, escuchemos estos días que andamos más sobrados de tiempo como nos hablamos a nosotros mismos y a nuestros hijos.
Necesitan, más que nunca, palabras de calma, de sosiego…que sepan que vamos a estar ahí ahora y siempre y que así queremos que sea.
No es fácil porque está siendo una situación desbordante para todos, porque están llenándonos de miedos y son difíciles de gestionar pero es muy interesante filtrar y dejar que pasen solo las palabras del corazón, aquellas con las que podemos reconfortar a nuestros hijos.
¡Regístrate para recibir las publicaciones! Registro
Descarga GRATIS la guía:
"Lo que me hubiera gustado saber antes de adoptar"