¡Pues ya estoy de vuelta!
¿Cómo ha ido el verano?
¿Habéis encontrado tiempo para vosotras?
¿Habéis aprovechado para vincular mejor con vuestros hijos y como familia?
¿Habéis hecho consciencia de las necesidades de cada uno?
Espero que haya sido un verano fructífero, de lecturas que nutren, de sol, de playa, de montaña, de amigos, de familia, de cine, de diversión… de lo que a cada una más os guste.
El mío ha tenido un poco de todo:
Aprendizajes que nos trae la vida y que intentaré compartir con vosotras,
Lecturas que alimentan la imaginación y nutren el alma,
Cine que intentas que divierta y evada pero luego acaba saliendo ese personaje que te “toca”,
Amigos que, por fin, he podido abrazar y que me habían hecho mucha falta,
Viajes cortos, pero que han devuelto esos paisajes del norte que tanto echaba de menos.
Y, entre unas cosas y otras, ha llegado septiembre.
El otro día leía (o escuchaba, no recuerdo ahora donde fue) que septiembre es, junto con enero, el mes de los nuevos proyectos y propósitos. De hecho, para los que ajustamos nuestra vida familiar o laboral al calendario escolar, septiembre es el mes de los nuevos comienzos.
Septiembre llega acortando los días, bajando las temperaturas y poniéndonos en el disparadero de empezar un nuevo curso, con todo lo que ello supone para nosotras como familia, y para nuestros hijos: nuevo curso, quizá nuevo cole, nuevos compañeros….y ya sabemos todo lo que eso supone.
Venga, que no quiero aburriros para primer día de vuelta…
¡Ánimo con la vuelta!
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