Esta imagen me parece bestial….Iñigo ha estado “sembrao”
Ampliando, se lee:
Solo molestas.
Ya te vale.
Esfuérzate más, si quieres puedes.
No vales.
¿Otra vez?
Si no te preocupas tú, mal.
Ya vale!!
Que sea la última vez.
Con la capacidad que tienes.
Venga, pregunta para valientes ¿Quién no hemos dicho esto nunca a nuestros hijos?
Yo, me declaro culpable.
Hay cosas que no…pero hay otras que sí.
No sé que intención quería plasmar el autor con este dibujo pero a mí me trajo a la memoria algunas conversaciones que había escuchado por mi vecindario este verano y que me habían dejado un regusto amargo….
Os pongo en situación: familia con 2 hijos chico y chica. Él adolescente, ella algo más pequeña.
Comida familiar con la abuela y comienzan a hablar de lo que querrían ser de mayores.
Pues bien, no les dejaron una idea derecha, les chafaron entre unos y otros TODO lo que decían…
¿Qué la niña quería ser veterinaria? ¡Pero si nunca sacas al perro!
¿Qué el otro quería ser profesor? ¿Tuuuu, con la poca paciencia que tienes?
¿En serio a nosotras nos gusta que nos echen todas las ideas por tierra?
Imaginaos que vais a vuestra madre a decirle que vais a apuntaros al gimnasio y os contesta: Pues no se para qué si total ya vienen las Navidades y no tienes ninguna fuerza de voluntad. ¡Agüita!
Sí ya sé, que muchas estaréis pensando que es justo lo que os van a contestar vuestras madres.
Yo es que soy muy ingenua y creo que estamos aquí para hacerlo un poquito mejor, en la medida que podamos, que vamos a meter la pata mil veces pero….pongamos cuidado.
Hay una frase que rula por ahí con la foto de un niño monísimo que reza: “Cuidado, contiene sueños”
Pues eso, que es muy importante escucharlos y atenderlos.
Esto lo siento así, en general, para cualquiera que se acerque a contarnos sus proyectos pero ya, cuando se trata de nuestros hijos, es que se trata de visualizarlos con ellos, para que se creen, para que tomen forma…jamás de apagarles la luz que ilumina su proyector.
Y ojo, que a veces lo ponen difícil ¿eh? que vienen con cada batalla….
Pues creo que ahí podemos ir haciendo preguntas para que ellos vayan resolviendo sus propias dudas e inseguridades, del tipo: Es muy buena idea pero ¿Has pensado como resolverás esto o lo otro?
Os confieso una cosica: a mí me resulta difícil.
Tengo que aprender a morderme la lengua.
Cuando mi hijo viene con no sé qué negocio de zapatillas deportivas….pregunta.
Cuando viene con sus idealizaciones de como independizarse….pregunta.
Cuando la chica viene haciendo planes de fiesta que te ponen en alerta….pregunta.
La mayor parte de las veces, ellos solos se caen de sus propias ideas por su propio peso y mientras preguntas en lugar de censurar, consigues ahorrar una bronca y, sobre todo, lo más importante, que ellos no se sientan que tienen una familia que les chafan todas las ideas que tienen porque entonces, ya lo sabéis, dejarán de tener cualquier tipo de idea, al menos para compartirla con vosotras.
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Hola Amparo, mis hijos son ya mayores, así que yo ya lo hice bien o mal, pero estoy muy de acuerdo en lo cruel de “chafar las ideas” como dices tú.
Personalmente es algo que intenté evitar, me parecía muy importante escucharles siempre, nos cuenten lo que nos cuenten. A veces nos parecerá interesante, a veces un rollo. Si no podemos escucharlos en ese momento, se puede decir con cariño “Ahora estoy un poco ocupada, pero en un rato terminaré y entonces me lo cuentas”. Lamentablemente a veces también actuas mal por cansancio u otras causas, pero si la línea general es buena los tropiezos puntuales se perdonan.
Lo hice además como una inversión de futuro: si consigues que piensen a los 6, 8 10 años que lo que te cuentan no te interesa o que se sientan humillados, cuando tengan 16, 18, 20 que tú quieras saber de ellos, entonces ellos no lo contarán, pues has los has educado en la desconfianza y el desinterés. Lo que planteas de las preguntas me parece una buenísima idea.
Ahora mis hijos tiene 17, 15 y 21 años, y creo que ha funcionado. Estamos de acuerdo o no en las cosas de las que hablamos, pero siempre ha habido comunicación, al menos yo así lo he percibido.
Ey que mis hijos tiene 27, 25 y 21 años, se me ha escapado el 1!!
Gracias Inma por tu aportación como madre ya veterana. Yo también creo que es vital escucharles cuando son pequeños, como bien dices, puede haber tropiezos puntuales pero, si la norma general es escucharles, ellos se acostumbran a hablar y a contar sus cosas y las de los de alrededor que también traen mucha información.
A mí me apena mucho cuando hay madres que me dicen: “Es que no cuentan nada…los tuyos te cuentan un montón de cosas”
La única solución es escuchar desde siempre.