Dicen que los gatos son animales independientes, esquivos, incluso ariscos…
Yo hace 22 años que tengo gatos en casa y me experiencia no tiene nada que ver con esas creencias populares.
Te cuento lo que me pasó hace nada con Truco, que es el de la foto.
Estaba en una reunión online y me cerré la puerta de la habitación, justamente, para que no me molestara entrando y saliendo, pidiendo que le abriera la terraza, subiendo a mi mesa…
Como él quería entrar, se puso a maullar en la puerta, lastimosamente, diríamos que era un llanto gatuno, a su manera.
No atendí a sus demandas durante un buen rato, a pesar de la pena que me daba escucharle (y eso que llevaba auriculares).
Cuando, por fin, abrí la puerta, entró corriendo, pensé que querría salir a la terraza.
Me senté en mi silla y apoyó sus patas delanteras en mi muslo y me miró lastimosamente, suplicante, para que le cogiera en brazos. Y allí se estuvo un buen rato en mi regazo, haciéndome monerías, dándome con la cabeza para que le besara entre las orejas como a él le gusta.
Llámame loca, pero a mí me quedó claro que me buscaba, que lo pasó mal porque no le abría la puerta, y luego buscó refugio en mí para compensarlo de alguna manera.
Comportamiento cachorro mamífero activado, a pesar de que ya tiene casi 10 años.
Una vez me dijo mi terapeuta: lo bueno de las mascotas, es que siempre son como bebés, por eso conectan tan bien con nuestras emociones.
¿Y sabes en lo que pensé? En nuestros bebés humanos y en el apego.
Si un gato, al que no atendí mientras “lloraba” luego me buscó así, con ese cariño…
¿Qué pasa cuando no atendemos a un bebé que llora o que nos reclama cuando nos necesita?
¿Qué efecto tiene que nos esté reclamando y estemos a otra cosa?
¿Qué sensación les queda cuando no se pueden atender sus necesidades por la razón que sea?
¿Cuánta atención, cariño, presencia, apoyo, hace falta después para compensarlo?
¿Llegamos a compensarlo? El otro día alguien decía que eso no se compensa jamás, soy un poco más optimista.
Pero tengo claro que necesitan atención continua, que seamos capaces de reparar esas heridas que se fueron quedando en su emocionalidad dañada, que aprendamos a ser terapéuticos hacia ellos y hacia nosotros, que nos hagamos acompañar para acompañarles.
¿Tú sientes que eres capaz de compensar todo eso que faltó?
¿Sientes que reparas en tu conexión con tu hijo o sigues poniendo distancia?
Y todo esto por un gato…que es sabio por instinto.
Con el que no tengo expectativas.
Al que no le hago sentir insuficiente.
¿Les hacemos sentir así a nuestros hijos, nos conectamos o nos alejamos?
Cuéntame qué sientes tú en comentarios.
P.D. Para las que tienen miedo de que si les damos mucha atención y mucho mimo, no van a ser autónomos, no se van a saber dar vida solos, no van a ser independientes…os diré que, al rato, cuando se cansó de regazo, Truco salto y se fue a sus cosas…tranquilo y seguro. Y sí, nosotros también somos mamíferos, en lo esencial, funcionamos de manera muy parecida.
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