Una de las entradas que más impacto han tenido de las que he publicado en este blog fue “Queridos técnicos” publicada el 11 de febrero de 2021.
Era una reivindicación a la poca preparación de algunos técnicos, demasiados por la información que recojo de las familias, sobre las necesidades de nuestros hijos, lo que repara, lo que retraumatiza, lo que necesitan saber y sentir y como hay que acompañarlos.
Nos quejamos, me quejo, también de falta de empatía, de no tener ni idea de lo que es manejar el torrente de emociones que les invade en la adolescencia, de como miden el tiempo ellos, de la urgencia por saber, por conocer, o por sentirse mirados y atendidos.
Ni mucho menos tienen idea del riesgo que asumimos las familias por su búsqueda de regulación en el riesgo, las sustancias y otras actividades preocupantes.
Necesitan calmar todo eso que sienten, que les desborda, los miedos, las incertidumbres, la ansiedad, la inseguridad…
Buscan sentirse aceptados y generar una pertenencia, que muchos no sienten, como sea y con quien sea.
Acompaño a una madre cuyo hijo adolescente a encontrado a su madre biológica en redes, y ella ha contactado con él.
Ni es el primero, ni será el último.
No se está respetando el derecho a la búsqueda y a la identidad que ellos tienen, porque no se les atiende, y ellos se las ingenian como pueden porque el dolor es muy intenso.
Internet hace el resto.
Da más facilidades que los servicios sociales, bastantes más.
Esta madre, que quería gestionarlo de la manera menos traumática para su hijo, acudió a los servicios sociales antes de que se produjera un encuentro físico y real para saber como actuar, y lo único que recibió fueron reproches y juicios hacia su capacidad para poner límites.
¿En serio?
Por supuesto no voy a dar aquí pormenores para preservar su privacidad, pero para mí, su actitud y como lo ha gestionado, son de nota.
Y así se lo hice saber.
Porque se lo merece, se merece que alguien sea capaz de ver y reconocer lo bien que está llevando esa difícil situación.
Las familias necesitamos formación, información, acompañamiento y buenos profesionales gestionando estos temas tan delicados para nuestros hijos.
Claro que, a veces, necesitamos aprender a gestionar situaciones que no nos habíamos planteado ni en nuestras peores pesadillas, pero se les olvida que son ellos, esos servicios sociales que después nos acusan, los responsables de habernos dado esa formación que ahora nos hace tanta falta.
Puesto que somos humanos, cometemos errores, y nos salen bien caros en ocasiones…y vivimos con esa angustia de no estar haciéndolo bien, de no ser los apropiados, de vivir cada día rescatando a nuestros hijos de sus métodos para autorregular ese dolor que sienten.
Al final, le tocó afrontar la situación sola, y con la carga de todas esas acusaciones que le habían hecho.
Por suerte, luego pudimos trabajar juntas en la sesión de acompañamiento todas las emociones que se habían revuelto, la manera de afrontarlo, como mantener el vínculo con su hijo que en este momento está tan en riesgo…y ya no se sintió tan sola.
Ni tan maltratada.
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"Lo que me hubiera gustado saber antes de adoptar"
Gracias por tu apoyo, Amparo. Cada día con menos confianza en los “supuestos expertos” de la administración y dejándome llevar por mis sentimientos y sentido común. Contigo de la mano, es más fácil.
Tienes un sentido común y una intuición poco comunes.
Me alegra infinito que mi apoyo te ayude a transitar la situación.
Un abrazo grande.