Colin es un chaval adolescente negro, americano, adoptado por una familia blanca.
Criado en una sociedad blanca.
La serie refleja la ceguera de esos padres que no ven más que a su hijo, y sus expectativas respecto a su hijo.
No ven las situaciones totalmente racistas por las que él pasa continuamente.
Es más, aún le quitan importancia como si fuera él culpable de que se produjeran.
No ven lo fuera de lugar que se siente en muchas ocasiones.
No ven tampoco, que está como pez en el agua cuando tiene ocasión de estar con otras personas negras.
No saben ver que ahí es donde él encuentra su sitio.
Es una miniserie, que tenéis en Netflix, narrada por él mismo siendo ya adulto.
Son 6 episodios que no tienen desperdicio.
Totalmente recomendable, especialmente para familias transraciales, para hacernos reflexionar y generar debate entre nosotros.
A veces…es todo tan sutil para nosotros…pero no para ellos.
Urge que nos pongamos en su piel, en sus ojos, en sus rasgos.
De hecho, la madre, en los momentos que le acompaña a lugares donde solo ella es una mujer blanca, se nota como se siente incómoda.
¿Y cómo se tienen que sentir nuestros hijos la mayor parte del tiempo?
A mí me pasó una anécdota que no tendría ninguna importancia si no fuera por lo que me hizo reflexionar:
Mi hijo juega al baloncesto de Street (en las canchas de la calle, como los americanos) y la mayor parte de los jugadores que se reúnen allí son de raza negra o latina, y luego están mi hijo y pocos más. Fuimos a un torneo que organizaron y, claro, estábamos en total minoría. No me sentí incómoda en ningún momento, pero sí me hice consciente de que la sensación es otra, y que ellos deben sentirse así habitualmente. Y no nos damos ni cuenta.
Tiempo después lo comenté con una amiga, madre por adopción también, que tiene 3 hijos racializados y que también estuvo en ese torneo con nosotros, y me dijo:
“Ah yo no me di ni cuenta, es que yo no me fijo en esas cosas (refiriéndose al color de la piel)”
Y ahí vuelvo a reflexionar:
¿Y es eso lo que necesitan nuestros hijos? Porque, desgraciadamente, los demás, la sociedad, sus compañeros, los padres de sus amigos, sí ven el color de su piel o sus rasgos.
¿Les hacemos bien con nuestro “racismo daltónico” ?
Ahí dejo otro tema para debate.
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