No, no me gustan los días D.
Ni los meses D.
Me parece que son ruido para hoy y olvido para mañana y que, además, encierran mucha hipocresía.
Hasta aquí mi opinión y mi experiencia.
Así me ha costado un poco tomar acción para escribir sobre este tema.
Al mismo tiempo, es tal la avalancha de publicaciones, fotos, y comentarios…que he sentido que también tenía algo que decir.
Si no sabes de que te hablo…te pongo en antecedentes:
El 9 de noviembre es el día internacional de la adopción.
Por extensión, ha acabado siendo noviembre entero el mes de la adopción.
Como tantos otros “días D” este viene de USA, y por esta tierra mía no nos enteramos hasta la pandemia, en la que todo se globalizó de manera digital y empezaron a llegar las publicaciones del otro lado del charco con una carita sonriente pintada en la mano de familias y profesionales.
Y ahí fue donde muchas adoptadas adultas alzaron la voz diciendo que no sentían representada su historia, precisamente, con una carita sonriente.
Muchas de ellas no sentían que hubiera nada que celebrar en que un menor se haya quedado sin su familia de origen.
Ese es, realmente, el motivo de la adopción: sea cual sea la circunstancia, un menor se ha quedado en situación de desamparo.
La familia que tenía que haberle protegido, cuidado, acogido y amado no ha podido/sabido o querido hacerlo y, ante esa situación, ha habido que buscarle otra familia para ofrecerle ese derecho de crecer en una familia.
Así que, efectivamente, pocas sonrisas y pocas alegrías.
Como se trata de sumar y de aportar, se llegó a una idea común: había que aprovechar ese día para dar visibilidad a la realidad de tantos niños que crecen sin familia, y para concienciar de la realidad de la adopción.
Y en eso estamos…
Como se ve en la imagen que ilustra este artículo, hay caritas sonrientes, y otras no tanto…y así lo he visto este año reflejado también en otras publicaciones.
Me gusta mucho más esta mirada.
Para mí, la adopción es una historia de segundas oportunidades.
Nuestros hijos no han podido tener la familia que hubieran debido tener, algo que ha supuesto una historia de pérdidas muy dura para ellos.
Y al mismo tiempo, han tenido una segunda oportunidad, imprescindible para su buen desarrollo, de crecer en otra familia.
Para que esa historia acabe siendo una historia lo más feliz posible, las familias tenemos que acercarnos a la adopción con mucha consciencia, con mucha formación, y con una inmensa voluntad de crecer como personas, para ser la familia que nuestros hijos necesitan, y no la que nosotros llevábamos en mente.
¿Te parece que no hay diferencia? Ya lo creo que la hay, y mucha.
Por eso hace falta poner tanta consciencia en ello.
Tú vienes de un estilo educativo, de una cultura, de una sociedad, de un status económico, social y cultural….y ellos, de otro distinto.
Y no, no va a olvidar de donde viene porque tú o yo lo hayamos adoptado.
Pertenecen a su sistema de origen, a su cultura, a su etnia, traen su genética, y el ADN de un montón de generaciones que les precedieron…y que no coinciden con las tuyas.
Y creo que es imprescindible que tomemos consciencia de ello: no adoptamos al niño y cuanto más peque sea mejor porque así no se acuerda…hay muchas cosas grabadas en cada célula de su cuerpo, en su memoria implícita.
Y si viene de adopción internacional e interracial, aún trae otra memoria superior, más global, de su cultura, de su país, de la historia de su pueblo…que también tienes que aprender a integrar en tu familia.
Nos toca aceptarlo, sostenerlo, acompañarlo, ir viendo que trae y descubrir al hijo que realmente ES y no al que nosotros habíamos idealizado.
Creo que es importante concienciar de todo esto y visibilizar lo que realmente significa la adopción para que las familias que se acerquen a esta realidad, y que tanta falta hacen, lo hagan sabiendo lo que es, y no como hicimos muchas en el pasado sin saber donde nos metíamos.
Urge aprender y escuchar, tanto a las voces de los adoptados adultos, que ya cuentan sus experiencias, como a los que os hemos precedido en este camino y llevamos años de formación y aprendizaje que estamos dispuestos a compartir para acompañar.
Así que si estás pensando en adoptar…aprovecha el tiempo que te quede para formarte adecuadamente en todo esto que te cuento (www.adopcionconsciente.com/aula-a-la-espera/)
Si ya eres familia por adopción y nunca te lo habías planteado de esta manera, espero que te sirva para reflexionar y para cuestionarte.
Y si quieres escribirme con tus inquietudes, dudas, incluso llevándome la contraria…me tienes en el correo: amparo@adopcionconsciente.com
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"Lo que me hubiera gustado saber antes de adoptar"