Te cuento lo que me ha pasado esta mañana en la clínica dental a ver qué te parece a ti.
He acompañado a mi hija a una revisión, y me he quedado esperándola en la sala de espera.
En el hilo musical sonaba una canción juraría que de Antonio Orozco, aunque tampoco puedo poner la mano en el fuego.
Me ha parecido él por la voz.
Puedo equivocarme.
Y estaban un par de chicas comentando entre ellas si les gustaba o no la canción.
Y escucho a una de ellas decir: “A mí no me gusta, me parece una gitanada”
¿Gitanada?
El tono era claramente despectivo.
Desconozco si Orozco es o no gitano, me da igual.
¿Tienes hijos racializados?
¿Y cómo te resuenan estos comentarios inconscientes y ajenos?
Yo, en ocasiones, hablo con mis hijos de estos temas.
Y me preocupa que lo vean como algo normal.
Les parece que estos comentarios son habituales, y que son normales, y que la gente es así, que no te lo puedes tomar a mal.
Igual es que hoy me ha pillado con la piel muy fina, no sé.
A mí no me gusta el flamenco, no entiendo esa pasión que levanta.
No me gusta por como suena, por como es esa música, por lo que me transmite.
No porque quien lo canta sea de una determinada etnia.
Considero que me queda muchísimo que aprender en este tema del antirracismo.
Así que ni se me ocurre dar lecciones de nada a nadie.
Solo que me ha rechinado muchísimo la expresión y la forma de decirlo.
¿Me cuentas cómo lo sientes tú?
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