No quería dejar pasar estos días sin felicitaros las fiestas.
Navidad…
¿Hay alguna palabra que nos traiga a la mente más imágenes familiares?
Son esos días en los que damos por hecho que nos reunimos con la familia…o no.
Que se dejan atrás las rencillas de otros días, y brindamos juntos por la salud y la prosperidad…o no.
Aquí están otra vez nuestras expectativas sobre lo que queremos que sean estos días ( y muchos otros).
En cualquier familia, cuando hay una silla vacía, cuando falta alguien (abuelos, tíos, hermanos…) se siente una profunda tristeza ¿Verdad?
Como si estos días, se echasen más en falta más aún que el resto del año.
¿Te planteas cómo puede vivirlos tu hijo y cuánto puede pensar en su familia de origen que no está?
Y no está ni esta…ni ninguna otra, ni piensa que pueda estar nunca.
La sensación de desazón y tristeza imagino que tiene que ser tremenda.
Sin embargo, esperas que sigan el ritmo que marcas tú, que se reúnan con unos y con otros, que se porten bien.
Quizá eres de Navidades tranquilas, de poca gente, de reuniros los mismos de siempre.
O quizá eres de los que se juntan muchísimos, a lo mejor solo en estas fechas.
Para tu hijo, van a ser muchos estresores si se reúne con gente que conoce poco.
Que le van a empezar a preguntar sin miramientos por cosas de las que quizá no le apetece hablar (el cole, si le gusta alguna chica, como va su equipo…)
Tal vez se van a hacer comentarios sobre parecidos familiares, costumbres, signos de identidad propios….que a él le van a detonar porque no se ve reconocido.
En el peor de los casos, pueden hacerse bromas con poco tacto, o comentarios racistas, gestos de desprecio por esa tía abuela que igual no ha entendido ni aceptado nunca tu decisión de adoptar…
Toma consciencia de todo este dolor que se puede remover en tu hijo.
Toma consciencia en todo lo que te remueve a ti, y en para qué lo sigues tolerando si no estás cómoda.
No intentes ganar batallas estos días.
Recuerda: mejor tener paz y conexión que razón.
Sí, lo sé, sientes que te juzgan, que no te consideran buena madre, sientes que te miran raro…
¿Quién es prioritario ellos o tu hijo?
¿A quién te corresponde dar protección y seguridad?
Reflexiona un poco antes de que lleguen la reuniones familiares en todo esto que te digo para que hayas tomado consciencia y sepas qué quieres hacer llegado el caso.
Valida los sentimientos de tus hijos en estos días que para ellos son tan ilusionantes como complicados.
Conozco a un niño que se alteraba muchísimo durante las Navidades por el miedo que le provocaba pensar que los Reyes Magos entraban en casa por la noche sin que nadie se enterase…su miedo era que igual que dejaban regalos se lo podían llevar a él. Costó años detectar qué estaba pasando realmente, qué era lo que le detonaba. Y al mismo tiempo, lógico, deseaba que vinieran por los juguetes que le traían.
Como ves, hay muchas circunstancias distintas que pueden provocar reacciones inesperadas en ellos…y en nosotras.
Toma consciencia, disfrútalas con ellos, y valida vuestras emociones.
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