Estoy viviendo esta situación con mis 2 hijos adolescentes de 15 y 16 años y agradezco infinito a la persona que escribió esto en Facebook.
Gracias Ana López.
Como ella bien dice, con los peques, aunque también es difícil, es más sencillo sentarse a hacer una manualidad, ver una peli por n-esima vez, aprovechar para que vean esa peli que te gustaría que se les quedara en la retina…unas palomitas…te tiras al suelo con ellos, fabricas una tienda de campaña con una colcha y las sillas del salón….no sé, quizá me hubiera gustado que me pillase esto en esa época de mis hijos.
Fue maravillosa.
Ahora, su refugio, su desahogo, allí donde se libran de esos padres a los que creen que odian….está en la calle, en sus amigos, en ese rincón donde se juntan al salir de clase, en ver a ese chico que me hace tilín o a esa chica que me ha “abierto” por Insta.
Y están aguantando el chaparrón como campeones en casa, haciendo las tareas que les mandan online y pasando el tiempo como pueden.
Supongo que la mayoría, como los míos, tienen ratos de todo:
- De echar unas risas con la mayor de las tontunas
- De recuperar un parchís o unas cartas
- De jugar al ordenata
- De videollamadas eternas por wasap
- De bailes de Tik Tok
- De aburrirse
- Y de no aguantarse ni ellos…
Tengamos en cuenta su momento, dejémosles su espacio, intentemos ponernos en sus zapatos (o más bien, en sus deportivas)….han tenido que adaptarse, sin anestesia, a una nueva manera de seguir las clases cuando muchos de nuestros hijos tienen adaptaciones curriculares que no sé si están pudiendo mantener online; otros, sin adaptaciones ni nada, les cuesta concentrarse, organizarse, estar atentos…y ahora tienen que hacerlo, además, online con más o menos recursos en función de las demás necesidades de las familias. Y no saben que va a pasar con su curso….y la incertidumbre nos pone muy nerviosos a todos….a ellos también.
Algunos necesitan salir a la calle como medida de evasión, de desahogo…y se ven ahora privados de esa libertad.
Oía ayer contar a José Luís Gonzalo Madorrán, psicólogo, que muchas familias están teniendo verdaderos problemas con esto, y no consiguen que cumplan con las medidas de la cuarentena.
Otros de nuestros hijos, quizá, como apuntaba Vandita García Garrido, de “La voz de los adoptados” tienen aún una preocupación más: ¿Qué será de mi familia biológica?¿Cómo lo estarán pasando ellos?¿Estarán bien?
En la adolescencia ya tienen muy clara esa idea de que hay otra familia, a la que pertenecen de alguna manera, en algún lugar, y es una constante preocupación para muchos de ellos aunque no lo verbalicen.
Acompañémosles, contengamos su rabia, su ira, seamos su referente también en este momento aún cuando ellos crean que nos odian…todos, incluso ellos, sabemos que eso no es así.
Nos amamos profundamente aunque no siempre sepamos expresarlo de manera adecuada.
¡Acuérdate registrarte para recibir las publicaciones! Registro
Descarga GRATIS la guía:
"Lo que me hubiera gustado saber antes de adoptar"
Cuánta razón Ana López y lo que tú escribes. Esta experiencia por un lado sabrán valorar muchas cosas , pero por otro se pierden otras. Va a ser un antes y un después para todos. Gracias Amparo por estos escritos.Un abrazo.
Esta situación se está ya alargando mucho para ellos. De una u otra manera les va a pasar factura, como a todos.
Los míos preguntan a qué pueden salir ellos ahora que abren la mano para los menores de 14 y hay que decirles que, de momento, como hasta ahora: a la compra y a la basura. Por si tuvieran poco, hay gente tan empática que aún protesta cuando los ve por la calle…¡A dónde vas!¡Tú qué haces ahí! O directamente, llaman a quejarse a la autoridad competente. Ya te digo yo que hay algunos que no van a cambiar nunca, ni después de “apocalipsis soso” como lo llama una sobrina mía. Ojalá ellos sí consigan sacar una experiencia positiva.
Siempre de todo se saca algo bueno, paciencia, valorar lo que tienes, capacidad de sufrimiento…. … Pero me parece un tiempo muy duro para los adolescentes, en casa tengo tres uno de 18 (sigue en la adolescencia) otro de 16 y de 14, no lo están pasando bien. Al principio más o menos, que si un Monopoly, que si baile en la terraza, que si comer con risas, hasta que ya se han ido apagando, muchos deberes y trabajos, clases online en una casa que somos ocho con dos TDHA que hacen ruiditos 24 hrs, que si ¿vamos a veranear, noooo??? ¿Cuando podremos ir a un bar? ¿A la discoteca?… Preguntan muchas cosas del futuro que no sabemos.
Que encima murió mi padre, su abuelo, vivir el duelo en casa sin salir, sin verle, sin ver a su abuela……duro, hicimos un zoom toda la familia son 23 primos hermanos, prácticamente todos adolescentes, de ellos cinco adoptados …fue muy emotivo. (y tienen también cuatro primos segundos adoptados).
Son edades donde prima relacionarse, ligar, el deporte, en fin, todavía no ha terminado, no sabemos nada. Se asustan cuando oyen que en septiembre quizás sigan online…….. Yo les digo que cuando sean padres y sus hijos protesten diran, no seáis quejicas ¡yo he vivido una pandemia!!!! Y se rien mucho, xq es cierto y así será, y les digo que hay vivencias que marcan de por vida y que de todo se saca una lectura que les ayudará para otra cosa…..
Siento mucho la pérdida de tu padre, Gabriela. Ha tenido que ser muy duro despedirles así (o más bien no poder hacerlo).
Para ellos también tiene que ser difícil.
Por lo que leo sois una gran familia, para lo bueno y para lo malo. Tener tantos hermanos a mí me parece muy enriquecedor pero claro, no cuentas con tener que estar confinados todos a la vez y se habrá hecho complicado.
Además está lo que tú dices…no tenemos certezas, no podemos tampoco transmitirles.
Nosotros este año teníamos pensado ir a Italia porque la pequeña llevaba años pidiéndolo y no va a poder ser pero es que tampoco me atrevo a plantearles ningún otro plan (volver a Asturias, conocer alguna zona de España que no hayamos estado) porque no tengo ni idea cuanto nos van a dejar movernos. Ni idea.
El próximo curso también es una incertidumbre…en nuestro caso por muchos motivos. Los míos no son buenos estudiantes, no entra en sus prioridades y, toca aceptar y ver hasta donde y como pueden llegar porque si sigues en tus expectativas ellos se sienten emocionalmente machacados.
Tienen mucha suerte tus hijos de tener tantos primos y de ser una familia extensa con esa cultura adoptiva. Eso les dará un sentido de pertenencia muy especial, seguro.