Esta semana me he encontrado en redes con este cartel diciendo que noviembre es el mes de la adopción.
En otra asociación decían que el día 9 era el día de la adopción y promovían una campaña, entre sus socios y amigos, para mandar fotos con caritas sonrientes dibujadas en las manos de todos los miembros de la familia.
Había fotos con manos jóvenes y viejas (se apuntó alguna abuela, también), grandes, pequeñas, femeninas, masculinas y de diferentes colores, por supuesto….
Me pareció simpático y entrañable, la verdad.
Posiblemente, si mis hijos no estuvieran en plena adolescencia, les hubiera propuesto dibujarnos una cara con carmín y les habría enviado nuestra foto.
Luego me encontré con un texto que Vandita García Garrido publicó en su muro de Facebook y su percepción, como adoptada adulta, era totalmente distinta.
Y me parece normal…su experiencia es muy distinta de la que vivimos los padres adoptivos, son dos caras de una misma moneda, los dos lados del espejo.
Ella planteaba si era o no un motivo de celebración y ahí hubo comentarios a favor y en contra, todos absolutamente respetables, algunos de otras adoptadas también ya adultas y otros de madres adoptivas; o si era más bien una fecha para visibilizar todo lo que la adopción tiene detrás, todo lo que ellos pierden, la situación en la que tiene que estar para que sea adoptable…tantas y tantas cosas por las que nuestros hijos han tenido que pasar para llegar a nosotros.
Sinceramente, nosotros llevamos 14 años como familia adoptiva y, jamás, había oído que hubiera un día de la adopción, ni mucho menos un mes y, como me he propuesto buscar la parte positiva de todo, que la tiene, vamos a ver que podemos sacar de bueno en todo esto…
Cada vez estoy más convencida de que hay que celebrar todo lo que se pueda, todo, así que nosotros sí hemos celebrado “Los días de los J.S.” que son los días que nos fuimos convirtiendo en familia.
Tanto mi marido como yo nos cogíamos esa semana libre y, si podíamos, era la que viajábamos de vacaciones a cualquier lugar, había años que ellos pedían volver a su lugar de origen y así lo hacíamos y otros años, íbamos a cualquier otro sitio o hacíamos cosas como ir al cine y cenar por ahí, una excursión….cualquier actividad, se trataba de “celebrar” que éramos familia.
Algo que tanto para ellos como para nosotros, era importante,
Sin embargo, he notado al llegar la adolescencia, que no les hace tanta gracia, que se han removido otros sentimientos, que también están en plan adolescente de “no pienses tú que voy a celebrar yo contigo…” y ya no lo hacemos…para mí siguen siendo los días más importantes de mi vida, pero hay que respetar su sentir en este momento.
Así que cada uno que celebre tanto como pueda siempre que quiera, esa es mi opinión, en general.
Pero, para esto que nos ocupa hoy, creo que deberíamos aprovechar para VISIBILIZAR así con mayúsculas y en negrita, porque hay mucho que visibilizar, pero mucho.
Desde la adversidad temprana que sufrieron nuestros hijos y cuyas consecuencias les acompañan durante buena parte de su vida y, cuando hablas de ellas en un colegio siguen mirándote como si acabaras de descender de un ovni; hasta que sean bien diagnosticados de lo que sea que tengan, pero de lo que tengan de verdad, de los distintos trastornos del vínculo, que los sufren, de TEAF…de lo que sea, y que no los metan a todos en el cajón del TDAH y los mediquen y ya hemos puesto una “etiqueta” y hemos cubierto el expediente.
Hay que seguir visibilizando los tropiezos que se encuentran en el currículo escolar, que los remueve por dentro con todos los temas de la biología, la genealogía, etc. y que ni entienden ni se plantean que a ellos les dejen removidos durante días.
Esta semana le han pedido a mi sobrino de 6 años su primer árbol genealógico en el cole, mi hermana nos ha pedido fotos a todos y les ha quedado precioso…pues a mí aún se me ha revuelto algo de lo mal que lo pasaban los míos, la de preguntas, la de incógnitas…el caso es que el enano de 6 años me ha dado una lección sin pretenderlo: él también tiene una “familia de corazón” que es la comunidad de voluntarios a la que pertenecen sus padres desde hace 25 años.
Para mis sobrinos esos son sus “tíos” y él ha querido llevar una foto de ellos, además de una foto de su familia biológica que es lo que le pedían en la actividad.
Así que mi hermana la ha añadido al trabajo con la esperanza de que la maestra no pusiera muchos problemas.
Y al texto que ha puesto en Instagram contando la anécdota, yo he aprovechado para contestar que era una manera preciosa de visibilizar a otras familias a las que no une la sangre y que, ya que sé que la siguen muchos maestros, a ver si servía para que le dieran una vueltecita al currículo, que falta hace…
Y también hay que visibilizar la realidad por la que pasamos las familias adoptivas, todos los trámites, años de espera en la mayoría de los casos, falta de formación, falta de apoyo, falta de información, falta de seguimientos reales para nuestros hijos, falta de colaboración entre departamentos de la misma CCAA, qué realidades hemos vivido antes de llegar a la adopción, los duelos que hemos hecho antes y los que tendremos que hacer después….todo el dolor de enfrentarnos a las dificultades que traen o que van apareciendo y que no sabemos como afrontar, ir dando palos de ciego durante años de especialista en especialista buscando una ayuda que pocas veces se encuentra….
Esta tarde he participado en el cine fórum de la película “La adopción” que ha realizado la Escuela de familias adoptivas, acogedoras y colaboradoras en el que estaba la directora de la película Daniela Fejerman y justo comentaba que realizó la película, basada en su experiencia personal, y en la de otras familias que adoptaron en los países del Este, precisamente para darle visibilidad a esos procesos tan opacos a los que se enfrentaron.
Ha sido una charla muy interesante que me ha convencido de que quizá sí necesitamos un mes para dar visibilidad a todo lo que rodea a la adopción tanto por parte de los adoptados como de los adoptantes….y quizá tampoco deberíamos olvidarnos de las familias biológicas porque, si a este lado de nuestra realidad vemos tantas situaciones y decisiones mejorables por parte de las administraciones
¿Quién nos asegura que al otro lado la realidad no es bastante parecida?
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