Si no has leído el relato de “El viaje de Glauka” te aconsejo que lo hagas antes de seguir leyendo este.
En ese relato, que publiqué para el día del libro de 2020, reflejaba el perfil de una adolescente con dificultades emocionales, como consecuencia de su adversidad temprana, de su trauma, y como manifestaba su dolor… muchas Glaukas entre nuestras hijas por adopción.
Hoy quiero retomar el relato hablando de sus relaciones.
Cuando nuestras hijas empiezan a tener relaciones, más o menos serias, están jugando a ser adultas, con una gestión emocional muy dañada, con mucho trauma no superado, con muchas inseguridades, con un miedo al abandono que probablemente las acompañará de por vida…y les puede pasar como a la hermana pequeña del cuento de Barba Azul.
He oído a varias madres en grupos diciendo que su hija tiene una relación tóxica, que es muy manipulable, que la otra persona es tal o cual…vamos, un auténtico Barba Azul.
Glauka después de un accidentado viaje por los primeros años de la adolescencia, creía haber encontrado al amor de su vida en un muchacho de su edad, con las mismas aficiones que ella.
Iban sacando sus estudios, con calma, iban haciendo planes de trabajo y de futuro, soñaban, parecía que tenían un camino juntos por delante, aunque había una vocecilla dentro de Glauka, que le advertía de demasiadas cosas importantes que no le gustaban, que le hacían sentir poco respetada, que no se tenían en cuenta sus daños emocionales, que él estaba ahí pero no como ella necesitaba.
Como la soledad y el abandono dan más miedo, Glauka desoía esa vocecilla.
Siempre encontraba excusas para justificarlo, para poner razones de su mente, donde su corazón encontraba fallos.
Cada vez tenía que hacer más esfuerzos para desoír a su voz interior, que cada vez gritaba más fuerte.
Su familia, como en el cuento, veía a un muchacho agradable, educado, atento.
Nadie es perfecto pero bueno, ya madurarán, son muy jóvenes, va saliendo adelante en sus cosas…y aunque veían nubes de tormenta, tampoco querían escuchar los truenos. A fin de cuentas, ella se quejaba a veces, pero enseguida justificaba lo ocurrido.
De repente, un día sin previo aviso, se giró un vendaval tremendo y Glauka empezó a estar distante, esquiva, no paraba en casa, no contaba nada…algo estaba pasando. Y no parecía bueno.
Había decidido escuchar su voz y salir huyendo de situaciones que ya no quería justificar.
¿Una buena noticia? ¿Te gusta este final del cuento?
Que pongan límites, salgan de donde no están a gusto, y escuchen su voz interior, siempre es una buena noticia ¿no?
¿Qué pasa si esa voz interior son los susurros de otro Barba Azul?
¿Qué pasa si salen en pos de otra quimera, a toda velocidad, sin cuidarse ni curarse?
¿Qué pasa cuando solo ven Barbas Azules a su alrededor y no se atreven a lanzarse a la vida?
¿Qué pasa si nosotras las animamos y luego un Barba Azul las daña?
Tienes que prepararte para todo esto y no es fácil.
No es fácil tener trabajadas todas las historias que tú viviste en tu adolescencia, fueran como fueran.
No es fácil detectar las creencias que tienes detrás de las relaciones con los hombres (o con las mujeres, o con ambos).
No es fácil que no salgan, en estampida, todos tus prejuicios.
Toca mirarte dentro cuando llegan estas tormentas, cuando la Vida se abre paso cual vendaval.
Toca ver que te pasa a ti y como respondes, como acompañas. Es muy fácil que reacciones, como consecuencia del miedo, y luego te arrepientas.
Como siempre, nos toca aprender qué hacer, tomar consciencia de qué nos pasa, y desaprender para acompañar de otra manera.
De todo esto voy a hablar en mi charla del próximo miércoles 18 de mayo a las 19h.(hora de Madrid).
Es gratuita, es online, por Zoom, y tiene que haberte llegado un correo para que te apuntes (no tienes que dar ningún dato que ya estás aquí suscrita).
Si no te ha llegado el correo, tranquila, tienes un botón enorme aquí en el blog que te está diciendo que te apuntes ¡hazle caso!
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"Lo que me hubiera gustado saber antes de adoptar"